La sardina… ¿mejor en los meses sin erre?

La máxima popular que afirma que las sardinas deben ser consumidas en los meses sin erre, es decir, mayo, junio, julio y agosto, tiene una base científica y, aunque pueden consumirse durante todo el año, en verano están en plenitud, justo cuando se convierte en la estrella de los chiringuitos malagueños.