Hace poco más de nueve meses decidió dar el salto de la que fue su casa durante más de dos décadas, el Restaurante El Lago, por un nuevo proyecto que le llevó de los fogones al campo malagueño. Un lugar, sin embargo, nada extraño para Paco García, protagonista del coloquio celebrado este mes de septiembre en el tradicional almuerzo de la Academia Gastronómica de Málaga. El ahora director de Desarrollo Agrícola y Gastronómico de Frutas y Verduras Eladio siempre ha estado vinculado a los productores y productos de nuestra tierra. Pionero en la promoción y difusión del llamado Kilómetro Cero, García lidera Calma Eladio, un sello que acerca a productores a los restaurantes de la provincia poniendo lo mejor de nuestras huertas en la mesa malagueña.
Paco García reconoce que divulgar la gastronomía de Málaga está en su ADN desde siempre. Y captar lo mejor de la esencia del producto de cercanía es algo que lleva haciendo mucho tiempo. Este nuevo proyecto empresarial, “en el que he cambiado la exigencia de estas últimas décadas por la oportunidad de trabajar con una empresa potente para seguir poniendo en valor a Málaga, nuestro producto y productores”.
Pequeños agricultores y producto de temporada son las dos claves del éxito del nuevo sello de Eladio con el que se ensalza el trabajo y saber del agricultor, “que nos permite que hoy la lechuga que comes a mediodía se haya cogido esta misma mañana con ese punto de frescura”, explica.
Calma Eladio trabaja con grandes restauradores como Dani García y su nuevo proyecto Tragabuches o Miguel Palma y su Taberna de Mike Palmer. Una simbiosis en la que todos ganan, logrando puntos de maduración respetuosos, eliminación de trayectos que afectan a la calidad del producto y mostrando el compromiso con los agricultores de la zona “que lo están pasando muy mal”. Un ecosistema en equilibrio que favorece la economía local.
“Este proyecto permite acabar con esa temida España vaciada de fincas abandonadas en Coín, por ejemplo, animando a volver a cultivar con un precio justo”, reivindica García, que pone de relieve el valor de generación de empleo rural del proyecto de proximidad de Eladio en Málaga, que ha permitido que “cada vez más nos llamen para preguntar qué pueden cultivar para que nosotros podamos comercializarlo”. Una iniciativa que ha permitido incluso recuperar especies antes despreciadas por el mercado o poco comunes, como es el caso de la patata fábula o pimiento cornicabra.
La gastronomía de Málaga no sería nada sin el producto de nuestras huertas. Pero no sólo los motivos económicos o puramente culinarios han llevado a Frutas y Verduras Eladio a impulsar Calma Eladio. Con la proximidad en nuestra mesa, desde los hogares a los grandes restaurantes, también sale ganando el planeta. “La lucha contra el cambio climático más eficaz es el producto de cercanía”, reivindica García, que pone en valor el compromiso social de la empresa con el futuro y Málaga “para devolver los ingresos a nuestra tierra y permitir a los agricultores que vivan un poco más tranquilos”.
El almuerzo celebrado en KAVA Marbella nos permitió probar las propuestas del chef Fernando Alcalá, con platos como el gazpachuelo de calabaza asada con gamba roja y acelga; chivo guisado con ciruela y arroz o la berenjena con miso y guiso “en amarillo”. Un encuentro que estuvo, cómo no, regado por vinos de Málaga y con la compañía de productores como la bodega Viñedos Verticales.