Se trata de una receta tradicional de aprovechamiento, y de gran aporte calórico, del campo malagueño, pero sobre todo de la zona de Coín, en donde los campesinos lo utilizaban para aguantar las duras jornadas de trabajo.
A pesar de llamarse pan, no incluye harina en su receta y su ingrediente fundamental son higos y almendras que aderezan con canela, clavo y matalahúva. Es rico en calcio, magnesio, potasio, hierro, vitaminas A, B, C, D y E, y es beneficioso para el sistema nervioso, músculos, cerebro, corazón… Además, posee un efecto saciante que nos puede ayudar a controlar el sobrepeso a pesar de su alto aporte calórico.
Actualmente, se suele consumir en Navidad, aunque son muchos los deportistas y excursionistas que utilizan el pan de higos como “barritas energéticas” naturales.