Las torrijas son un dulce típico de Semana Santa en muchas partes de España y, por supuesto, también de Málaga, en donde tienen su toque especial de vino dulce. Aunque su origen lo encontramos en una receta referenciada por Marcus Gavius Apicius en el siglo I d.C., es en el siglo XV cuando comienzan a popularizarse como un plato calórico y de aprovechamiento, ya que su base es el pan que había sobrado en las casas, y probablemente esa sea la causa por la que las consumimos en Semana Santa, una época en la que tradicionalmente se hace ayuno y abstinencia, y las torrijas aportan ese suplemento de energía y sus ingredientes básicos, pan duro, leche, azúcar, huevo y aceite para freír, están al alcance de la mayoría.
Actualmente, la receta tradicional más extendida en toda España consiste en rebanadas de pan, cada vez se usa más el de molde o brioche, que empapamos con leche infusionada con azúcar, piel de limón y canela, y después lo pasamos por huevo batido y freímos en aceite vegetal. Aunque en Málaga, según nos comenta David Verdú, de confiterías Daver fundadas en Ronda en 1942, sumergen el pan, ellos utilizan brioche, en una mezcla al 50% de leche y vino dulce de Málaga, que le aporta el dulzor y los matices que sustituyen a la canela y cítricos.
La confitería Aparicio, toda una institución en Málaga, las prepara con un bollo dulce, con un toque de naranja y azahar, de elaboración propia, las rellenan de crema pastelera y las bañan en vino moscatel. En la pastelería Ortiz de Vélez-Málaga, también las rellenan de crema o nata, pero las elaboran con pan normal de su propia panadería.
La pastelería Ignacio Mira elabora sus torrijas partiendo de una receta tradicional que ha ido afinando para adaptarla a su gusto. Utiliza un brioche, hecho por ellos mismos, que empapa con una mezcla de leche, vino dulce Málaga Virgen y huevo, y que infusiona con canela y piel de limón. Finalmente, lo fríen directamente en aceite de oliva virgen extra y las rebozan en azúcar o miel. Ignacio Mira también elaboran un helado de torrijas que puede ser una opción perfecta para los que buscan nuevos conceptos.
Otro histórico obrador de confitería de Málaga como Tejeros, nos cuenta que, partiendo de una receta tradicional de la familia, las elaboran con su propio pan de brioche que rellenan de crema, y a continuación lo empapan en una mezcla de leche y vino dulce de Málaga que infusionan con canela y cáscara de limón. Lo terminan friendo y rebozando en azúcar y canela o en miel.
Como podemos ver se trata de un producto totalmente artesanal, y tradicional, y cada confitería tiene su propia receta, al igual que cada familia, ya que es un dulce que se elabora también en multitud de hogares. También son muchos los restaurantes que incorporan este dulce a su carta de postres, como por ejemplo Chinchin Puerto, La Taberna de Mike Palmer o Matiz… Sin duda, es tiempo de torrijas.