Le apasiona conectar con personas y organizaciones, impulsando proyectos culturales y gastronómicos que influyan positivamente en la sociedad.
Su historia de amor con la gastronomía comenzó en…
Mi pasión por la gastronomía comienza desde muy pequeña, cuando acompañaba a mis padres cada sábado al mercado central de Málaga. Era muy curiosa y reconozco que cada puesto captaba completamente mi atención. Me gustaba tocar, probar y oler muchos de los productos, además de conocer la estacionalidad de cada uno de ellos. Aprendí mucho hablando con los profesionales del mercado. Por eso, para mí, la gastronomía es memoria, tradición y descubrimiento. La historia de amor continúa a día de hoy probando nuevas experiencias. Tenemos una gastronomía privilegiada que hemos de valorar y difundir. Los mejores momentos son siempre alrededor de una buena mesa.
Su plato o comida favorita…
La ensaladilla rusa me pierde. La considero el plato-termómetro de la cocina que hay detrás de cada restaurante. Una buena ensaladilla es sinónimo de una buena propuesta gastronómica.
Su restaurante de cabecera en Málaga.
Difícil elección, pues la oferta en la provincia es cada vez es más amplia y autoexigente. Hay restaurantes para cada momento y estado de ánimo. Tengo especial predilección por la tradicional cocina marenga y el excelente producto del Saladero, en la Caleta de Vélez.
Un cocinero con el que le encantaría compartir fogones y por qué.
Con Dani Carnero, una referencia del sector y un gran difusor de la cultura del guiso. En su propuesta culinaria cobra mucho protagonismo la tradición y la calidad del producto.
Pertenecer a la Academia Gastronómica de Málaga ha supuesto en su vida…
Un auto-regalo: compartir mesa redonda con el resto de académicos es un verdadero privilegio y aprendo en cada encuentro y experiencia. Refrenda mi compromiso como malagueña, un sentimiento que comparto con el resto de integrantes de la Academia. Me reconforta formar parte de un proyecto tan relevante para mi tierra y tan arraigado a sus costumbres y tradiciones.
En definitiva, supone un compromiso conmigo misma, mi tierra y su gastronomía.
La gastronomía malagueña es…
Rica en variedad, tradicional, auténtica y muy versátil.
¿Cuál cree es que es el reto pendiente de la cocina y el sector en nuestra provincia?
Tenemos el reto y la oportunidad de crear una mayor cultura gastronómica y poner en valor la excelencia de nuestra cocina.
Nuestras propuestas están a la altura de cualquier gastronomía del mundo, por lo que hemos de crear cultura gastronómica y poner en valor la riqueza y el potencial de nuestros productos. Difundir nuestra excelencia gastronómica generará oportunidades para el sector.
Es un reto para todos los malagueños y malagueñas.
Y, a título personal, un sueño (gastronómico) que le quede por cumplir…
He pensado muchas veces en ello. Me encantaría celebrar una espetada con mis amistades y mi familia en un merendero mirando al mar, acorde a nuestra tradición malagueña.
A veces es complicado unir a todas las personas que quieres en una misma experiencia y no se me ocurre mejor manera de hacerlo que comiendo espetos a la brasa y acompañarlos de unas exquisitas cervezas.