Su filosofía
En la primavera de 2003, el equipo de La Melonera concibió una obra monumental: recuperar para la región de Ronda -y para el mundo- una tradición vitivinícola con más de 3000 años de antigüedad.
Así fue como, un grupo de inversores apasionados por el reto, se embarcaron en la aventura de encontrar el mejor enclave para la creación de unos vinos únicos. Después de mucho investigar entre los interminables volúmenes de la biblioteca privada del Castillo de Perelada, propiedad de la familia Suqué Mateu desde el año 1923, la respuesta apareció entre las páginas de un libro escrito en 1807 por Simón de Rojas Clemente, en el que se detallaban las incomparables características de la Serranía de Ronda y su antiquísima tradición vitivinícola, interrumpida a fines del XIX por la plaga de la filoxera.
Con paciencia y con mimo fueron rastreadas y recuperadas las cepas autóctonas para devolverlas a esa tierra bañada por el sol mediterráneo, por los vientos del Atlántico y por una tradición de vides que data del tiempo de los fenicios. Poco a poco los esfuerzos fueron dando sus frutos, y hoy, con sus vinos La Encina del Inglés y Payoya Negra, aquel viejo sueño es una realidad muy concreta.