En colaboración con :

Patrocina :

Dónde comer en Málaga, las recomendaciones de Ignacio Luque: “las joyas de la Axarquía”

La mayoría de las solicitudes de recomendación que recibo son para comer en Málaga capital, pero la realidad es que nuestra provincia ofrece algunos de los más maravillosos viajes gastronómicos que uno puede hacer. Esa suerte tenemos. Así pues, me aventuro con otro puñado de recomendaciones de mis preferidos. Este “dónde comer” es para aquellos que no les importa hacer unos cuantos kilómetros para encontrar una cocina distinta a la de su barrio, con peculiaridades únicas o con detalles que queden para el recuerdo. Lo difícil es por dónde empezar, pero lo haré por el este de nuestra provincia hasta su límite con la costa tropical granadina. El Este malagueño es más pobre en turismo y en sitios de lujo, pero esconde auténticas joyas gastronómicas.

Del Rincón a Vélez

Nada más salir de Málaga, su bullicio y mil sitios, llegamos al Rincón de la Victoria que debería de tener –como en cada barrio de Málaga– una gran variedad de referencias destacadas porque puede, por población propia y por cercanía a la ciudad, pero sin embargo no es así. Podemos destacar casos puntuales de sitios que merecen la pena. La cocina de merendero es lo que más destaca y lo mejor de la zona. Cabría mencionar algunas opciones muy distintas: Avante Claro en la Cala del Moral que es un chiringuito tradicional que ha apostado por el producto. En el otro extremo del municipio tenemos tres opciones, un chiringuito moderno, Liceo Playa, que cuenta con un experto cocinero, Álvaro Saura, que a la carta más tradicional del merendero incorpora platos modernos y la cuchara que aprendió de su madre, Inma. Alma Playa que es algo más que un chiringuito y donde Daniela se preocupa por la innovación. Muy cerca se encuentra la Marina Playa donde uno de los mejores espeteros de la provincia, Miguel, hace un trabajo acorde al esfuerzo de su cocina y la búsqueda de la excelencia de todo el equipo.

Fuera de lo marinero, en la zona céntrica del pueblo, el Rincón de Emilio o La Esquina de Miguel pueden ser dos buenas opciones. Y por último, el sitio canalla y divertido se encuentra en Añoreta, Bendita Katalina es perfecto para comer bien y pasar una tarde o noche divertida. En el vecino Benajarafe encontrarás también el contraste entre el restaurante con jardín junto al mar La Plata (Casa Matilde) y el chiringuito de madera y de difícil acceso de los hermanos Marian, Andrés y Pablo, PuntArena. Este último es un reducto de paz donde escuchar Reggae y disfrutar de sus brasas y cocina variada que ofrece esta familia viajera con buen rollo (un sitio casi secreto que cuesta confesar).

En Vélez-Málaga, entre el pueblo y Torre del Mar tienes Alimentario, que podría ser un bar de barrio y sorprende con una cocina muy elaborada. Como la que también puedes encontrar en la cocina desarrollada por “los Pablos” en Menade, en el Club de Golf Baviera, y este sitio, sirve de preámbulo a la gran isla misteriosa de la gastronomía malagueña: Caleta de Vélez.

Caleta

No tiene explicación coherente, más que el hecho de contar con la mejor lonja de la provincia, pero en unos pocos metros y calles, esta pedanía veleña esconde tesoros del máximo nivel de toda la provincia. Con cocineros hechos a sí mismo, pero con un respeto máximo al producto y la elaboración tradicional. Empezamos en ChinChin Puerto en la propia marina de Caleta, donde Sebastián y Lourdes, junto la jefa de Cocina, Belén, han llevado al restaurante a ser ampliamente laureado (incluyendo la Mejor ensaladilla rusa de España en San Sebastián Gastronomika) y ofrecen la mejor fritura y marisco de la zona. A pocos metros, ya pisando la arena de la playa y manteniéndose como un chiringuito tradicional tenemos el templo que ha creado otra familia, El Saladero. Juan es capaz de espetar cualquier pescado convirtiéndolo en un manjar y además del marisco de la lonja cuenta con todo lo que que Puri, su madre, es capaz de hacer en los fogones.

Pero no terminan ahí los grandes sitios de pescado y marisco de esta población. En la carretera que atraviesa el pueblo, lo que podría ser un bar de carretera esconde otro restaurante de producto cuidado cuya vitrina de pescado y marisco requiere un rato de contemplación antes de sentarte, La Parada.

Pero además, junto al puerto, encontramos el Asador El Puerto, una casa de comidas que lo hace todo con amor y donde la familia Jiménez te ofrece la mejor carne de la provincia y algunas recetas tradicionales dignas de mención. No acaba aquí el filón de Caleta de Vélez porque me habré dejado otros tres o cuatro bares y restaurantes interesantes y porque también encontramos en esta aldea gala de la gastronomía una de las mejores pastelerías de la provincia, Ramos, donde otra vez una familia ha aunado el esfuerzo, la tradición de las recetas de la zona y la innovación, por ejemplo, en sus creaciones con chocolate.

Sierras

La Axarquía es costa y montaña. En los pequeños pueblos de su sierra ventilada por el mar, además de vides y cabras malagueñas, también se encuentran algunos grandes restaurantes que saben tratar el producto local. Para tomar chivo hay que subir a Canillas de Aceituno y visitar La Sociedad (la otra gran opción Juan María, está temporalmente cerrado). Y si eres capaz de seguir escalando hasta Sedella encontrarás un tesoro escondido, El Chiringuito donde el joven Víctor Hierrezuelo desarrolla la maravillosa cocina que aprendió en Bardal, adaptada a este pueblo de montaña. Superar la prueba que suponen las curvas del camino a este municipio valdrá la pena.

Llegando a la frontera de la Costa del Sol con la Tropical, encontramos en Nerja un par de sitios que hacen merecedora la visita. Casa Luque por tradición merece una visita y en la playa de Burriana, sobre los chiringuitos populares donde tomar pescaíto y arroces, destaca una joya en el trato de carnes, El Churretero.

Compartir:

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp