Dulce típico de Ronda, que parece que surgió de la receta traída desde Segovia, en los años 20 del siglo pasado, por el artesano Alejandro Escolar. En 1943, Juan Martinez se asoció con él y desde la pastelería Las Campanas, que sigue situada en la plaza del Socorro de Ronda, popularizaron sus exquisitas yemas. En 1955 la familia Martinez se quedó con el negocio, que lo ha mantenido hasta nuestros días, y con la misma receta original, gracias a su hijo y luego a su nieto.
Se trata de un producto artesanal, elaborado con azúcar, yema de huevo, agua y aromatizadas con brandy, que hacen que tengan un sabor exquisito y una delicada textura. A pesar de su corta caducidad, unos 15 días, se venden durante todo el año, pero quizá en Navidad, sea cuando cobran un mayor protagonismo junto a otros dulces como mantecados, roscos y turrones.