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Jamón ibérico de castaña

El jamón ibérico, producido a partir de cerdos de raza ibérica con al menos un 50% de pureza, criados en extensivo en la península ibérica y con una curación de entre 24 y 48 meses, es una de las joyas gastronómicas de España, sobre todo cuando es de bellota, aunque los de castaña, un concepto relativamente novedoso, que se crían fundamentalmente en el valle del Genal de la Serranía de Ronda, están al mismo nivel y son cada vez más apreciados.

Los cerdos ibéricos de castaña se sacian de este fruto en premontanera, que coincide con la temporada de la castaña, aunque también consumen bellota, cereales, leguminosas y otros elementos, pero lo que le da un toque único a su carne es la castaña. Además, la orografía de la zona hace que los animales realicen un ejercicio extra que se traduce en una mayor infiltración de grasa y calidad.

Desde el punto de vista nutricional, el jamón ibérico de castaña tiene menos grasas y más proteína que el de bellota, y además, posee una mayor cantidad de ácido oleico, también conocida como “grasa buena” y beneficiosa para la salud.

Organolépticamente la castaña le aporta al jamón un sutil toque dulce, que reduce el amargor que puede darle algunos elementos de su alimentación como la hierba, así como multitud de deliciosos matices.

 

 

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