La nuez pecana, originaria de Estados Unidos, es un cultivo relativamente reciente en Málaga, se inició a finales de los años 80, pero que cada vez está más arraigado en nuestra tierra, fundamentalmente en el Valle del Guadalhorce, zona que lidera la producción europea y en donde se ha adaptado a la perfección la variedad Mahan.
Su fruto es de forma alargada, cáscara lisa y frágil, parecida a la de una bellota y con un interior muy parecido a la tradicional nuez, pero con una textura más untuosa y de sabor más dulce. Otras variedades de nuez pecana que podemos encontrar en Málaga son la Western Schley, Pawnee, Wako, Wichita y Lakota.
En Málaga se recolecta a partir del mes de septiembre hasta el mes de enero, época en la que es habitual verlas en los mercados para su venta a granel.
La producción mundial de nuez pacana está encabezada por Estados Unidos y México, que concentran más del 90% de la producción y, a gran distancia, países como Argentina, Australia, Brasil, China, Egipto, Israel, India, Japón, México, Rusia, o Sudáfrica
Nutricionalmente son muy apreciadas ya que, aunque son ricas en calorías, son fuente de minerales como el magnesio, el hierro, selenio y el zinc, y de vitaminas A y E. También contienen grasas saludables como el ácido oleico, que es beneficioso para la salud del corazón, y ácidos grasos omega-3 y omega-6, que son esenciales para la salud cerebral y del sistema nervioso. Además, las nueces pecanas son ricas en antioxidantes, que ayudan a combatir los radicales libres y reducen el riesgo de enfermedades crónicas.
Su aporte energético, como ya hemos comentado, es elevado, unas 690 kilocalorías por cada 100 gr., por lo que se recomienda limitar su consumo a inos 30 gramos diarios. Su composición es de un 72% de grasas, un 14% de carbohidratos, un 10% de proteínas y, el resto, fibra, minerales y agua.
