Sin duda, uno de los pescados más populares en Málaga, y protagonista principal de los populares espetos de la Costa del Sol. La sardina (sardina pilchardus) es un pescado azul, de agua salada, que se alimenta de plancton, y que vive en aguas entre 12 y 24º C. Según la Junta de Andalucía, la talla mínima de la sardina para su captura y posterior consumo, debe ser de 11 cm, aunque la media está entre 12 y 15 cm y un peso en torno a los 25 gr.
Gastronómicamente hablando, es muy importante que tengan la máxima frescura, por lo que debemos fijarnos en que su olor sea suave, salino, con recuerdos marinos y nunca desagradable. Su carne debe ser firme y tersa, sin golpes, las escamas brillantes, húmedas, resbaladizas, los ojos deben transmitir viveza, no estar hundidos y la cabeza no debe estar enrojecida.
La mejor época para su consumo es el verano, que es cuando sube la temperatura del agua del mar, hay mayor cantidad de plancton, y la sardina está bien alimentada, lo que hace que sea más jugosa. Además, admiten numerosas recetas ya que se pueden preparar a la brasa, ya sea en espeto o sobre una parrilla, a la plancha, fritas, marinadas, ahumadas, en escabeche, guisadas, al horno, en conserva… y siempre será una magnífica opción.
Además, es un producto muy saludable gracias a su alto contenido en proteínas de alto valor biológico y grasas saludables omega-3. También es fuente de vitaminas A, del grupo B, E y D, fósforo, selenio, yodo, hierro, calcio y magnesio.