También conocida como cardo o “cardillo”, se trata de una planta herbácea espinosa y silvestre, que tradicionalmente ha sido recogida en el campo para autoconsumo y elaborar unos exquisitos guisos, potajes o tortillas. Las tagarninas cada vez son más apreciadas y, actualmente es posible encontrarlas en mercados y comercios amarradas en manojos, limpias sin espinas, listas para cocinar.
Su nombre científico es scolymus hispanicus y pertenece a la familia de las asteraceae, puede llegar a alcanzar una altura de más de 2 metros y posee unas características hojas espinosas y flores amarillas.
Nutricionalmente, las tagarninas tan solo tienen 28 Kcal por cada 100 gramos, buen nivel de fibra, y tienen bajo contenido de grasa total, aunque con altos niveles de ácidos grasos saludables como el ácido linoleico. También son ricas en potasio, fósforo y calcio, también contienen vitaminas del grupo A, B y C, por lo que tienen propiedades antioxidantes y es beneficioso para los músculos, el sistema nervioso o el corazón. Contiene cinarina, un compuesto que le aporta un cierto sabor amargo pero que ayuda a proteger y regenerar nuestro hígado.
Villanueva del Rosario, municipio donde son muy populares, celebra a principios de abril el Día de la Tagarnina, con diferentes actividades, mercadillos, degustaciones, etc.