El bienmesabe es el dulce más famoso y más consumido en Antequera después de los mantecados. Forma parte del recetario monacal ya que desde que se conoce lo realizan los conventos de clausura de dicha localidad, como son las Carmelitas Descalzas o el Convento de Belén de las Monjas Clarisas; estas últimas lo elaboran con la misma receta desde 1635. Ambas órdenes lo realizan de forma artesanal y venden a través del tradicional torno o en su página web. Pero cierto es que con el paso de los años las confiterías de Antequera lo preparan como parte de la dulcería tradicional antequerana, sin dar prioridad a la época del año que sea.
Este postre a base de almendras, bizcocho de soletillas, cabello de ángel, azúcar y canela ha generado una identidad propia en el municipio malagueño desde hace siglos, ya que tiene orígenes árabes, como muchos de los platos heredados en Málaga. Aunque se tiene constancia de variantes en otras zonas de España como Canarias, y del mundo, como Perú o Venezuela, debido al descubrimiento de América. Pese a ello ha creado un valor gastronómico y patrimonial único en la zona llegando a realizar, en 2022, el bienmesabe más grande del mundo, como alarde del orgullo que sienten por este postre.
El bienmesabe se puede encontrar actualmente en porciones individuales o grandes piezas por kilos y es un clásico en las cartas de restaurantes antequeranos.