Este sencillo y joven pastel, si lo comparamos con la longeva dulcería tradicional, revolucionó hace décadas la confitería malagueña, creando una elaboración que sería reconocida dentro y fuera de la provincia. Se trata de las tortas locas, una milhoja que consta de dos círculos de hojaldres rellenos de crema pastelera, recubierto de un glaseado de yema y coronada con una guinda.
Aunque hoy día no hay confitería malagueña que se resista a hacerlas, lo cierto es que la empresa local de Manuel Tejeros es puntera en este dulce ya que fueron ellos los que lo pusieron de moda. Sin embargo, al contrario de lo que se puede pensar no fueron ellos los creadores sino un jugador de futbol profesional del Málaga, Eduardo Rubio, de quien partió la idea. Según cuenta su gerente a medios locales, el jugador que también era pastelero montó en Málaga una confitería en la que trabajaban sus padres quienes siguieron la tradición.
Este dulce revolucionó los paladares malagueños que estaban acostumbrados a recetas más tradicionales de tortas popular y no a cremas y yemas. Hoy día la tortas locas o locas, como habitualmente se las conoce, y que tiene su nombre por la canción de los años 50 ‘A lo loco se vive mejor’ son un imprescindible que ha traspasado fronteras.