El pipeo de Casarabonela no es otra cosa que un rico guiso fruto del ingenio de no tener más ingredientes que las verduras de temporada de la huerta. Su nombre es tomado por la abundancia en pipas como los guisantes y las habas; que eran acompañadas por la lechuga, patatas y las alcachofas. Y aderezado con comino, laurel, sal y unas ricas tortillitas fritas de pan duro.
Se trata pues de un plato de aprovechamiento, que requiere cierto tiempo para su elaboración y que resultaba muy económico. Además, el hecho de no llevar carne lo hacía propio para ser consumido en época de cuaresma.
Esta receta muestra, como otras muchas de Málaga como es el ejemplo del guiso de habas, cómo se cocinaba con la lechuga, hoy día relegada a un uso culinario frío, presentado mayormente en ensalada.