Cocinero
Jefe de sala
En el moderno y renovado barrio del Soho de la capital malagueña se instaló hace no muchos años un bar que hace esquina en una calle peatonal cuyos platos marineros han hecho peregrinar a los enamorados del mar.
Su propietario es Álvaro Olea y lejos de cerrarse sólo en la costa malacitana ha apostado por hacer un recorrido por los mares que bañan España. Así, igual presenta un gazpachuelo marinero que un bogavante frito con patatas, huevos y pimientos, receta adaptada de un clásico de las Islas Baleares.
Casa de Botes estaba ubicada inicialmente en el puerto de Málaga, tras perder la concesión se fue al Soho y eso fue el salto definitivo para su fama. Ahora cuentan con un local de dos plantas. Abajo una pequeña barra y una terraza que bordea su fachada. Arriba un salón grande con mesas bajas.
De su pequeña cocina salen grandes platos muy aclamados. En su concepto gastronómico caben guisos marineros muy atrevidos y platos marengos creativos que se alejan de la clásica oferta de una marisquería o local de pescado frito típicos de Málaga.
Pese a que no siguen los preceptos gastronómicos malagueños por antonomasia, sí es cierto que están muy ligados a la materia prima tanto de la costa malacitana como de los productos de huerta de la provincia. Buen ejemplo de ello son los camarones de estero, huevos coinos con papada ibérica y piparras del Valle del Guadalhorce. Conchas finas, gambas, bolos y pescados de la bahía de Málaga nunca faltan.
Sin embargo, su carta está tan viva como el mar y los platos cambian. También se recomienda ojear las sugerencias.
En el apartado de cuchara el comensal encuentra los clásicos malagueños como el gazpachuelo y el caldo de pintarroja que presentan con alta calidad.
Pero como en este restaurante los guisos no tienen límites se pueden encontrar propuestas tan originales como los callos con chopitos de la caleta; lentejas con chopitos y púlpito, pulpo en escabeche o con garbanzos, por citar unos ejemplos.
Una de sus especialidades son los arroces. Arroz con jibia, boquerones fritos y hierbabuena es un clásico en ellos muy demandado, pero por sus fogones desfilan una gran variedad como el arroz con ortiguillas; arroz caldoso con bogavante; el caldoso con langostinos y carabineros; el negro o los fideos tostados con langostinos y huevas de merluza.
Otros platos que también se salen de la tónica general y que son muy afamados son sus migas marineras con gambas cristal y sus archiconocidos torreznos de morena con alioli de perejil.
Para tapear, además de las clásicas rusa, croquetas o berenjenas fritas con miel de caña, son buenas opciones el escabeche de ortiguilla atemperada con huevas de bogavante y de quisquillas, o simplemente fritas, y los mejillones en escabeche patatas chips hechos en casa.
Su maridaje no baja la calidad ni las opciones ya que cuentan con una cava con más de doscientas referencias de vinos.
Enclavado en Finca Cortesín, encontramos esta propuesta de cocina moderna y artísticas presentaciones a cargo del chef Lutz Bösing .
Gastrobar ubicado en el malagueño barrio de Echevarría del Palo que ofrece carnes, pescados y arroces a la brasa. Comandado por el chef bonaerense afincado en Málaga, Pablo Luis Quiñones junto a su mujer y jefa de sala, Elena Aranda.
Restaurante especializado en carnes y platos tradicionales de los Montes de Málaga. Su cocina se fundamenta en el buen género y el producto de alta calidad.
Especializado en pescados y mariscos frescos, este chiringuito de la Caleta de Vélez destaca por su relación calidad-precio y la posibilidad de comer cualquier pescado espetado.
El restaurante del Candado Golf ofrece cocina tradicional malagueña de mercado y especialidad en arroces y fideuás en un entorno natural privilegiado.
Es la propuesta más fresca y atrevida de los mediodías de El Lago, restaurante Estrella Michelin en Marbella. La cocina de Midi está basada en la estrecha relación con el producto local y de temporada, las raíces culinarias y la creatividad del chef Fernando Villasclaras.
Las cocinas de la Axarquía, Málaga y Andalucía son el eje central de la gastronomía que ofrece el Restaurante del B bou Hotel Cortijo Bravo, en Vélez Málaga.
Dani Carnero ha puesto toda su alma, su personalidad y su inquietud culinaria en su proyecto más personal, el restaurante Kaleja. Enclavado en plena judería malagueña, encontramos una cocina de fuegos y fondos, basada en la estacionalidad del producto y donde degustar los platos de temporada que componen el menú degustación.
Tragatá es un gastrobar ubicado en pleno centro de Ronda, muy cerca del Tajo, y en la ciudad de Málaga, que ha logrado tener un peregrinar de rondeños, turistas y malagueños de van a traídos por la excelencia de sus creaciones. Siendo además recomendado por las guías Michelin y Repsol.
Este establecimiento es el que aporta el cariz gastronómico al hotel Molina Larios. Matiz es el restaurante del hospedaje abierto al público general que ha aportado al corazón de la capital malagueña un gran nivel de cocina local. Al frente dos jóvenes, pero experimentados, Pablo Molina, cocinero, y Hugo García, maître y sumiller.
Este establecimiento en el alternativo barrio del Soho en la capital de Málaga presenta una cocina de mercado con tintes creativos y fiel a las raíces de su cocinero y propietario Pablo Caballero. Este catalán de nacimiento y malagueño adoptivo abrió La Antxoeta en noviembre de 2016 para hacer una cocina muy personal.
Este clásico restaurante especializado en la comida tradicional y clásica ofrece una experiencia de comer «como en casa». Fundado en 1993 por Piti y Enrique lleva casi 30 años ofreciendo una cocina con aires castellanos con unos productos de altísima calidad como pescados del Norte, y contando con especialidades como el lechazo asado por encargo, carnes a la parrilla, y deliciosos postres.
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